nueva vivienda, bonaire alcudia mallorca
Genius Loci para un refugio singular
Esta vivienda unifamiliar situada en el borde de una sensible reserva natural encarna, con un lenguaje arquitectónico preciso, la idea de una arquitectura adaptativa y vinculada al lugar. No se trata de una casa replicable al azar, sino de una singularidad arquitectónica: una obra concebida desde el lugar y para ese lugar específico. El Genius loci – el espíritu del lugar – inspiró el diseño, la elección de materiales y la organización espacial.
La casa formula una característica única, sutil pero clara: es una síntesis de modernidad contenida y empatía paisajística, de inteligencia técnica y una identidad atmosférica reconocible. El resultado es una vivienda que ni presume ni se esconde, sino que funciona como una presencia silenciosa pero expresiva en la frontera entre el entorno construido y la naturaleza intacta.
Diseño contextual y expresión singular
La proximidad al bosque protegido exigía la máxima conciencia contextual. El diseño recoge tanto la topografía del terreno como la estructura vegetal del entorno natural adyacente. Las especies arbóreas características del lugar influyeron no solo simbólicamente, sino también materialmente en el concepto arquitectónico – especialmente en la estructura de madera y el diseño superficial.
La composición volumétrica del edificio en Alcudia consta de dos cuerpos desfasados y escalonados, cuya disposición responde intencionadamente a las vistas, la entrada de luz y la zonificación funcional. A pesar de su claridad geométrica, la forma general es adaptativa: no sigue un patrón esquemático, sino que se ajusta a las condiciones del lugar. Así surge una edificación con alta capacidad de reconocimiento, que sin embargo se integra de manera orgánica en el terreno.
Fachada y materialidad: contención con identidad
El diseño de la fachada sigue un principio de reducción, sin caer en la arbitrariedad. El revoque mineral estructurado en tonos cálidos y naturales, combinado con marcos de madera y revestimientos parciales, conforma una paleta de materiales serena y vinculada a la tierra. Los amplios acristalamientos están cuidadosamente ubicados – no como fin estético, sino como medio para visualizar la relación entre el interior y el paisaje circundante.
La referencia al Genius loci se hace tangible no solo formalmente, sino también de forma atmosférica a través de los materiales. Se genera un diálogo continuo entre lo construido y la naturaleza, en el que la arquitectura no domina, sino que media. Por su tactilidad y color, la materialidad remite al lugar – y así refuerza la singularidad de la casa.
Sostenibilidad como actitud
Aquí, la sostenibilidad no se entiende como un añadido técnico, sino como parte integral del concepto arquitectónico. Una instalación fotovoltaica en la cubierta, una bomba de calor eficiente y una ventilación natural controlada constituyen la base energética de la vivienda. A la vez, medidas pasivas – protección solar, orientación, masa térmica – reducen la demanda energética, manteniendo al mínimo la intervención técnica.
El volumen construido sigue el principio de “bajo impacto”. Las intervenciones en el terreno se redujeron al mínimo, y la impermeabilización del suelo se limitó a lo necesario. Las áreas exteriores se diseñaron de forma natural, sin riego artificial ni iluminación intensiva – en respeto a la flora y fauna del entorno protegido.
Organización interior: Adaptativa y funcional
La estructura interna de la vivienda en Bonaire refleja su contención exterior. La zona central de estar es abierta, pero funcionalmente organizada. La arquitectura no crea gestos escénicos, sino ambientes densos, bien proporcionados. Los espacios se abren al paisaje, permitiendo vistas sin renunciar a la privacidad.
La adaptabilidad también se refleja en la flexibilidad de uso: las áreas de trabajo, descanso y convivencia no están rígidamente definidas, sino que pueden reorganizarse según nuevas necesidades. La casa no crece en superficie, sino en versatilidad – una cualidad sostenible que trasciende las modas del diseño.
Paisajismo: El espacio entre arquitectura y naturaleza
La transición entre lo construido y el paisaje se concibe de forma fluida. Las zonas exteriores se integran con el paisaje existente. Piedra natural, gramíneas, arbustos y árboles autóctonos crean una conexión armónica entre la arquitectura y el entorno natural. El tratamiento respetuoso del límite con la reserva natural confiere al proyecto una calidad integradora.
El espacio exterior no es solo un decorado, sino parte esencial del concepto arquitectónico. La disposición de caminos, terrazas y ejes visuales responde a la idea de un entorno habitable abierto pero protector. La arquitectura nunca se retira por completo, pero tampoco impone su presencia. En ese equilibrio reside su identidad.
Conclusión: Arquitectura con carácter y firmeza
Esta vivienda unifamiliar plantea una afirmación silenciosa pero contundente a favor de una arquitectura contextual y contemporánea. La ubicación especial junto a una reserva natural se entendió no como limitación, sino como oportunidad – para desarrollar una obra con identidad singular, funcionalidad adaptable y fuerte arraigo en el lugar.
En una época en que la arquitectura a menudo se pierde en lo formal o en gestos exagerados, esta casa demuestra cómo un lenguaje arquitectónico fuerte puede surgir desde la contención, el respeto y la precisión. Una pieza única – concebida en y desde el paisaje.
proyecto: 2307
superficies: confidencial
ocupación: confidencial
cliente: confidencial
lugar: costa norte, bonaire alcudia mallorca
tipo: nueva vivienda unifamiliar
equipo (edificación): jle
equipo (interiorismo): jle
equipo (paisajísmo): jle
arquitectos responsables: jle