reforma ampliación molino m1 07 felanitx, mallorca
En 2007, el arquitecto británico Jim Sims adquirió los restos ruinosos de un antiguo molino, situado cerca del centro urbano. Lo que a primera vista parecía un caso perdido —muros derrumbados en parte, techos caídos, humedad generalizada y vegetación invasiva— se reveló ante los ojos de un profesional experimentado como una construcción con gran potencial, profundamente enraizada en la sustancia histórica y en la identidad local. La torre aún conservada, un elemento característico del patrimonio industrial rural de Mallorca, sirvió de punto de partida para un proyecto de restauración patrimonial complejo y de varios años de duración.
Las imágenes del estado original documentan de forma elocuente la gravedad de la situación: revocos de cal quebradizos, estructuras portantes desplazadas, huecos abiertos sin refuerzos, destrucción masiva de las fachadas y pérdida de elementos tradicionales como carpinterías de madera o aleros de teja. El conjunto estaba gravemente afectado en su integridad estructural por años de abandono, falta de uso y humedades persistentes.
Lo que siguió fue un proceso ejemplar de restauración respetuosa con el patrimonio, ejecutado bajo el cumplimiento riguroso de todas las normativas insulares, aunque no exento de conflictos. Como señaló el propio Sims: «Si lo hubiéramos hecho a la manera guerrillera mallorquina, nos habríamos ahorrado seis años». No obstante, el proyecto —denominado internamente M1-07— se convirtió en un caso paradigmático de cómo un bien cultural incomprendido puede transformarse en una nueva forma de uso mediante conocimiento, paciencia y respeto por el contexto histórico.
Siguiendo el principio de la intervención cuidadosa, los elementos conservados de la estructura original fueron asegurados, complementados y consolidados. Se aplicaron exclusivamente técnicas constructivas tradicionales: mortero de cal, sillares de piedra natural seleccionados a mano, y reconstrucción de piezas de carpintería históricas. Los nuevos elementos, como marcos de puertas y ventanas, se realizaron en piedra mares (una arenisca local), respetando tanto la forma como la estética material del contexto histórico.
Las imágenes actuales muestran un concepto arquitectónico sobrio y convincente: se ha mantenido la volumetría original, las adiciones nuevas son claramente legibles y, sin embargo, se integran con naturalidad en el conjunto. La torre sigue funcionando como hito vertical, complementada por volúmenes más bajos organizados de manera tradicional alrededor de patios y espacios exteriores. Elementos contemporáneos —ventanales de suelo a techo, marcos empotrados o luminarias planas— han sido integrados con un lenguaje discreto que respeta la morfología arquitectónica existente.
Especialmente destacable es el tratamiento de los detalles históricos: un resto de viga empotrado sobre un antiguo vano abierto fue deliberadamente conservado como huella del tiempo; fisuras en el revoco no se ocultaron, sino que se integraron como elementos narrativos del nuevo conjunto. A través de una elección matizada de materiales —revocos suaves y finamente enfoscados contrastados con fábricas de piedra más rugosas— se logró una textura rica en matices pero armoniosa.
El paisajismo exterior, incluida la terraza de la piscina, retoma la estructura ortogonal de los patios tradicionales mallorquines, reinterpretándola en un lenguaje paisajístico contemporáneo: jardineras, pavimentos estructurados y peldaños bajos se integran con naturalidad. Se evitó una vegetación exuberante, optando por acentos puntuales de suculentas y palmeras, adaptados al microclima mediterráneo.
Esta transformación demuestra de forma ejemplar cómo un monumento cultural gravemente dañado puede convertirse, mediante una intervención arquitectónica competente y un profundo conocimiento del lugar, de los materiales y de la historia constructiva, en una vivienda habitable y contemporánea, convincente tanto en lo funcional como en lo cultural. Es, al mismo tiempo, un llamamiento a las administraciones para que reconozcan el valor de estas estructuras antes de que dependan exclusivamente de la iniciativa privada para ser rescatadas.
El balance tras siete años de planificación, tramitación y obra: de una ruina nació un manifiesto de restauración sensible y un ejemplo inspirador de las posibilidades del diseño arqueológico, un enfoque proyectual que no solo respeta lo existente, sino que se vale activamente de su carácter fragmentario para generar una arquitectura auténtica, poética y contextual.
A veces, las ruinas olvidadas necesitan la pasión y perseverancia de espíritus creativos. Jim Sims es uno de ellos, con una resistencia admirable. El departamento de patrimonio no se lo puso fácil. M1-07 no estaba catalogado ni considerado como bien a conservar. Solo la iniciativa de Sims de convertirlo en vivienda despertó los peores fantasmas administrativos. Al momento de la recepción final, los hasta entonces indiferentes funcionarios insistieron en que esta ruina representaba una rareza histórico-patrimonial de enorme valor, supuestamente única en su tipo en la isla, y que merecía el tributo correspondiente.
Ahí lo dejamos.
proyecto: 0711
superficie: 305 m2 (bedificación, piscina), 289 m2 (exteriores)
ocupación: 467 m2 (incl. terrazas)
cliente: jim sims
lugar: felanitx, mallorca
tipo: patrimonio cultural, vivienda unifamiliar
equipo (edificación): jle, sims
equipo (exteriores): jle, sims
arquitectos responsables: jle